Los reforzadores verbales y premios, ¨roban el placer¨ a tu  hijo/a

¿Alguna vez has ofrecido un premio a tu hijo/a para que haga lo que tiene que hacer o lo que tú quieres que haga?

¿Piensas que los premios son la mejor manera para darles satisfacción interior?

¿Qué causa mayor placer al niño/a, un reforzador, premio o la alegría que surge de haber hecho algo por sí mismo/a?

Entremos al mundo interior de tu hijo/a…

Resulta que a corta edad, tu hijo/a nota que puede hacer cosas por sí mismo/a, en un mundo por descubrir y conocer. 

Al decirle ¨bien hecho¨ indicas cómo debería sentirse. Haces un juicio. Y, ¿a quién le gusta ser juzgado? Ni a los adultos.

Por eso, las mejores frases de los niños son: “¡Lo hice! ¡Logré armar este rompecabezas solito/a!”. 

¿Los premios motivan? Por supuesto, pero no crean conciencia y desnutren la personalidad de tu hijo/a.

Cuando usas reforzadores verbales y premios, dependen de ellos y pasito a pasito despojas del gozo a tu hijo/a de hacer las cosas, en su proceso personal y natural de esfuerzo, autonomía y constancia.

Le quitas el deleite de hacer las cosas por sí mismo/a, y hasta podrías ver en poco tiempo, que no hay gusto en obedecer por reforzadores verbales ni premios ofrecidos PERDIENDO el INTERÉS.

Incluso, aunque los premios incrementan su costo, puede que no llamen la atención.

A veces hace lo que esperas mientras le estás viendo, o si le encanta lo que hace e interrumpes con comentarios halagadores, hasta deja de hacerlo y se va a hacer otra cosa. Se ha perdido la emoción.

Tu hijo/a merece disfrutar sus logros; lo que hace sin tu ayuda sin intervención, ni interrupción, cuando está concentrado.

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¿Cómo puedes apoyar su motivación o placer por aprender?

• Apunta a que tu hijo/a disfrute su concentración, con libertad. 
• Su juego es su trabajo.
• Ofrece un ambiente tranquilo, sin gritos.
• Alimenta el placer por la independencia y la seguridad consciente, en lo que hace, siente y piensa. 
• Cuando tu hijo/a haga algo emocionante y sensacional, déjalo disfrutar su momento, evita interrumpirlo. Tiene talentos naturales que no requieren refuerzo artificial.
• Forja su carácter y personalidad no con premios y reforzadores, sino al equivocarse, levantarse y volverlo a intentar. 
• Favorece su autonomía para que nazca la confianza en sí mismo/a.
• Sus propias experiencias y exploraciones en el entorno le darán seguridad y responsabilidad. 
• Permite a tu hijo/a el movimiento y toma de decisiones en tu entorno familiar.
•  Observa si tu hijo/a mantiene el entusiasmo por aprender.

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Eres padre/madre modelo y guía. 

¡Entrena la conciencia de tu hijo/a cada día!

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