Cuando usamos palabras y premios, como estímulos para afianzar conductas, hablamos de reforzadores. Esto porque queremos que se repitan dichas conductas.
Pero, ¿realmente con los reforzadores verbales y premios puedes hacer que tu hijo/a tenga una personalidad consistente, fuerte y compactada?
¿Cuál es la clave para tener un/a hijo/a consciente, que siente, piensa y actúa con conocimiento de lo que hace?
¿Decirle ¨eres bueno/a¨ cuando hace algo que te agrada, es suficiente para que integre los elementos de la conciencia, en la formación y desarrollo de su personalidad?
En ocasiones pensamos, que ese refuerzo verbal y los premios (con resultados favorables) condicionan sin cambios a comportamientos adecuados, creyendo que luego se convertirán en hábitos para toda la vida.
¡Cuidado!
Con la mejor de las intenciones puedes estar cayendo en MANIPULACIÓN, cuando él/ella hace algo adecuado que te alivia la carga del hogar.
Expresando: ¨Buen/a niño/a¨ o ¨Bien hecho¨, en lugar de forjar la conciencia, apuntas más bien a tu beneficio como padre/madre, a tu comodidad y apoyo con los deberes.
Cuando, por ejemplo, ordena los juguetes, come sin derramar alimentos, hace sus trabajos de estudio, realiza sus actividades de aseo personal,...
Pero, con el paso de los años y, como consecuencia de los cambios en la personalidad y mentalidad de tu hijo/a, notarás que esos reforzadores, no lo/a impactan como lo hacían estando más pequeño/a, mostrando total indiferencia.
¡Tu hijo/a ha cambiado, tiene otros intereses!
Entonces, ¿cómo apoyar una conciencia personal responsable, el comportamiento adecuado y dar soporte emocional?
- Reflexiona si tu reacción, al aplicar elogios, ayuda a tu hijo/a a conocerse y autogestionarse, o su fin es procurar tu aprobación.
- Mira el efecto de tus palabras, reacciones y gestos en tu hijo/a.
- Fíjate si lo que hace le emociona o es por complacerte.
- Evita sermones. Pregunta su opinión.
- Invítalo/a a tomar decisiones y a hacerse responsable de sus actos.
- Mírale a los ojos y empatiza con sus emociones.
- Afirma lo que ves, en un momento oportuno. Sin juicio. Sabrá que lo notaste y podría ser ocasión de diálogo. Ejemplo, ¨Pusiste los zapatos en su sitio¨, ¨Te bañaste tú solo/a¨, ¨En tu dibujo hay un cielo inmenso¨. En lugar de decir: ¨Buen trabajo¨.
- Permite la libertad con límites claros.
- Establece una rutina u organizador semanal que facilite el uso adecuado del tiempo.
Eres padre/madre modelo y guía.
¡Entrena la conciencia de tu hijo/a cada día!
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